"La elección tiene mucho que ver con las ansias
de agrupar al niño con sus iguales"
El pedagogo Miguel Sola considera que
"estamos viviendo un momento de excesiva preocupación" a la hora de
decantarse por un centro educativo y apuesta por confiar en el colegio público
más cercano.
CRISTINA FERNÁNDEZ |
ACTUALIZADO 19.02.2012 - 08:21
-¿Qué importancia juega la elección del centro escolar para un niño de 3 años?
-¿Qué importancia juega la elección del centro escolar para un niño de 3 años?
-Es importante, desde
luego, lo que pasa es que estamos viviendo un momento de excesiva preocupación.
Cuanto mayor es la capacidad de la familia de educar a sus hijos, menos importancia
tiene la elección de centro. Es una paradoja aparente, porque quienes más se
preocupan en elegir colegios son los que menos necesitarían hacerlo.
-Sí, y en general la
escuela pública es más que solvente, tiene magníficos profesionales y puede
afrontar la educación de los ciudadanos con total y absoluta garantía de éxito.
-Todavía existe el
concepto de que el concertado o privado que cuenta con mejor fama es mejor que
un público, ¿hay que desterrarlo ya?
-En general sí. Hay
grandes colegios concertados y otros terroríficos y tenemos públicos excelentes
y también terribles. Pero en la pública, la calidad media es muy buena y el
profesorado tiene una formación que no siempre se puede garantizar en el docente
de la concertada y la privada, ya que además de la titulación requerida, pasan
por unos filtros que no son garantía de ser un buen profesional pero sí se
ponen a prueba sus conocimientos.
-¿Cuáles serían los
criterios que deberían prevalecer a la hora de elegir?
-Como criterio básico y
fundamental, la escuela pública más cercana a mi casa. Eso evita tiempo de
transporte, pérdida de horas de sueño y cansancio. Para un niño pequeño es
fundamental el tiempo de ocio, el de descanso, el de juego y la alimentación.
En la medida en la que el escolar tiene que levantarse antes para desplazarse
en autobús y no puede comer en casa está perdiendo momentos de ocio, de sueño y
se está alimentando peor. Si todo eso lo puede evitar mandándolo a la escuela
pública más cercana, yo lo tengo clarísimo. Porque además tengo plena confianza
en la calidad de esa enseñanza, sin discusión.
-Pero también los
padres se dejan influir por el contexto social a la hora de decidir...
-Me parece razonable,
porque todos estamos sometidos a las influencias sociales de nuestro contexto
más cercano. Pero que sea razonable no significa que sea racional.
Probablemente estoy aceptando creencias que no tienen un fundamento empírico
claro. Es razonable que yo, sobre todo, si pertenezco a una clase media o
elevada pretenda que mis hijos compartan el ambiente social al que yo
pertenezco, pero eso no está directamente relacionado con la calidad de la
educación que van a recibir en el colegio. Con mucha frecuencia el único
argumento de los padres para llevar a los hijos a un colegio distinto del
público más cercano es que mi hijo se mezcle con sus iguales y no con
cualquiera y ese es un razonamiento social pero no educativo, porque eso no
garantiza que la enseñanza que vayan a recibir sea de mayor calidad. Una buena
colaboración entre la familia y la escuela es mejor garantía que un colegio por
mucho nombre que tenga.
-Hay muchos padres que
matriculan a sus hijos en colegios religiosos sin que comulguen con ese
ideario, ¿qué piensa de eso?
-Es verdad que son los
menos los que tienen creencias religiosas y toman la decisión en ese sentido.
La principal motivación es la selección social. Pero el educarse en un colegio
de ideario religioso que luego no se vive en casa no fomenta otra cosa que la
percepción por parte del niño de la hipocresía social en la que vivimos. Yo
creo que la mayor parte de los casos la elección de un colegio concertado tiene
poco que ver con su ideario sea cual sea y mucho más que ver con su fama y con
las ansias de agrupar a mi hijo con sus iguales.
-¿También ansias de
promoción social?
-Efectivamente. Pero
todos los estudios apuntan que la promoción social aunque existe no está
garantizada por la escuela, sino que está más relacionada con el origen social
que con la escuela a la que se asiste. Aunque algunos pueden pensar que es como
jugar a la lotería, por qué no me va a tocar a mí.
-Muchos padres viven
con verdadera frustración que sus hijos no puedan entrar en el primer colegio
elegido...
-Yo creo que si aceptáramos
que el colegio público más cercano le va a brindar la educación de la calidad
que su hijo necesita dejarían de sufrir. Aunque comprendo la preocupación,
sobre todo, porque consideran que su elección le va a proporcionar a su hijo
mayores oportunidades y eso es lo que yo pongo en duda.
-Un punto importante
que también valorarán otros es que su hijo no tenga que cambiar de centro a los
12 años.
-A mí el hecho de que
el colegio sea sólo de Infantil y Primaria me parece una ventaja. Creo que es
mucho más interesante que mi hijo esté durante unos años rodeado de grupos de
edad muy semejante a la suya. Y luego el cambio de colegio a los 12 años no es
una experiencia traumática, sino un rito de iniciación, de pronto se crece y se
siente mayor y eso no me parece malo. En todo esto, hay mucho más de
preocupación razonable de los padres que de condiciones objetivas que tengan
que ver con la educación.
-En definitiva, ¿cree
que pesan más las motivaciones no racionales para la elección de colegio?
-Por supuesto. Es un
afán muy antiguo. Todos pensamos que nuestros hijos son buenos por naturaleza y
que la mala influencia proviene de los demás y si puedo aislarlo y juntarlo con
otros que creamos que ejerzan buena influencia pues mejor, pero partimos de esa
premisa y ni mi hijo tiene que ser necesariamente bueno ni los demás una mala
influencia potencial. Lo importante de la elección de centros debería ser el
proyecto educativo real del centro y eso no se conoce leyendo folletos sino
hablando con los maestros.
-¿Los padres temen a la
diferencia?
-Sí. La elección de
centros tiene que ver con la inmigración masiva de estos años atrás y la
xenofobia que aún perdura. Es reflejo de tendencias y temores de los padres,
nada relacionado con la capacidad real de educar del centro. Además, mezclarse
con otros difícilmente perjudica. La diversidad es tremendamente enriquecedora.
MI OPINION
PERSONAL
De todo de lo que se habla en la entrevista me parece muy
interesante , porque es cierto que los padres
siempre quieren el mejor colegio , pero lo de mejor colegio habría que
ponerlo entre comillas , el mejor colegio siempre ha sido en el que está
compuesto por niños de clase alta donde también se realiza los cursos de bachillerato
pagando una cuota mensual.
Tenemos que cambiar todo ese concepto, porque realmente el
mejor colegio es aquel que está cerca de la casa ,donde un niño llegue el
momento de poder ir solo .
Realmente lo que debe de importar a sus padres son: que en
ese colegio donde matricule a sus hijos , estos estén muy contentos con el
profesorado, que consigan los
objetivos didácticos, los propios padres
tienen que tener una buena comunicación con los maestros, buena integración con
todos los demás alumnos.
También se habla en la entrevista sobre la diversidad , un
colegio donde haya niños de diferentes razas , personalmente eso me parece muy
aprovechable para los niños , donde sin salir del propio colegio pueden conocer
otras tradiciones a las de é, sin embargo para los padres no les parece del
todo correcto la idea de que sus hijos tengan que compartir pupitre con un niño
de otra raza, todo esto es algo inexplicable en los tiempos que estamos pero
todavía siguen habiendo casos de este tipo.
Para finalizar yo solamente quisiera decir que todo lo que
un padre pueda pensar a la hora de querer elegir un centro para la enseñanza de
sus hijos, lo que realmente les debe importar es la comodidad del niño y que se olviden de que si un
colegio puede tener malas influencias ,
porque por suerte todos los niños nos hacemos grandes y podremos elegir
nuestras amistades , no creo que sea justo pensar que niños de colegios
privados serán diplomados y que niños de centros públicos serán basureros con
todos mis respetos a los basureros.
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