jueves, 10 de mayo de 2012

ALGO QUE APRENDER por Paco Espadas


En una reciente entrevista concedida a una publicación española especializada en temas educativos, el pedagogo francés Philipe Meirieu afirma, a propósito de los retos del sistema escolar del siglo XXI, que “no podemos contentarnos con dar de beber a quien tiene sed, sino que hay que dar sed a quienes no quieren beber”.

Se me antoja una perfecta metáfora para entender la esencia del aprendizaje – divina codicia de la especie humana por saber más y hacerlo mejor –, al tiempo que me invita a plantear un par de incógnitas relacionadas con ella: primera, ¿la enseñanza origina el aprendizaje? Segunda, ¿aprender es un deber o primordialmente un derecho?

Una respuesta afirmativa al primero de estos interrogantes contradiría el sentido común: que la enseñanza no causa necesariamente el aprendizaje lo demuestra que todos nosotros aprendimos a pesar de muchos (nefastos) maestros, que en más de una ocasión no logramos aprender nada de los que eran los mejores y que, en cambio, conservamos imborrables huellas de quienes en su día no fueron nominados al Oscar a la excelencia profesional. El aprendizaje no tiene progenitor conocido. En realidad, tiene mil padres: todos los que retan con problemas al aprendiz en lugar de transmitirle sólo respuestas; todos los que estimulan su curiosidad en vez de exigirle simples repeticiones; todos los que se preocupan por su proceso de aprender renunciando a juzgar sumarísimamente los resultados.

Sobre la segunda de las incógnitas arriba planteadas pienso, como Meirieu, que una sociedad moderna y avanzada necesita democratizar el éxito escolar, ocupándose sin exclusiones tanto de los sedientos como de los que se creen saciados, porque toda la ciudadanía tiene derecho a estar en condiciones de participar en la vida de su comunidad impulsando la prosperidad de ésta y gozando personalmente del reparto de sus beneficios.


Original publicado en 2006 en la revista Docudomia

OPINIÓN PERSONAL

Respecto a las dos incógnitas ofrecidas en este texto, pienso que siempre que hay enseñanza no hay aprendizaje, porque muchos de los alumnos que reciben la enseñanza no puede aprender por diversas causas, no todos los alumnos aprenden de la misma manera y el objetivo del maestro es saber impartir la enseñanza para todos los alumnos no para pocos, es decir crear metodologías diferentes para los alumnos que sean diferentes.


La segunda incógnita sobre si la educación es un derecho o deber, pienso que deber de ser un derecho porque en el momento que es un deber se efectúa una desmotivación considerable en el ámbito educativo, es decir todo buen funcionamiento en la educación debe de venir acompañado de la ilusión, motivación  e integración de todos los que la componen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario